Cuando se piensa en marcas de autos, las personas del común seguro pensarán en las marcas más comerciales, en las que ven en la publicidad, en los autos que ven todos los días y, seguramente, en su propio auto. Y para los que saben un poco más, de seguro algunas marcas más exclusivas pasan por sus mentes y son capaces de referenciar autos pocos convencionales, algunos clásicos o los de la Fórmula 1.

Pero de seguro, cuando se piensa en autos, todos pensamos en los concesionarios donde se puede elegir un auto que ha sido producido en masa y al cual le podemos cambiar el color, el material de la silletería y algunos accesorios. Pero no pensamos en un auto como una pieza exclusiva, como un artículo fabricado para ser único.

Es por eso que, seguramente, no podríamos decir nada al respecto si alguien nos pregunta acerca de Pagani, el argentino que diseña autos superdeportivos. Horacio Pagani es un amante de los autos, no solo como piezas terminadas, sino que su amor por estos vehículos surge desde la necesidad de crearlos y de hacerlos lo mejor posible. Desde niño, mostró grandes habilidades para la ingeniería mecánica, talento que, finalmente, lo llevó a trabajar con Lamborghini, un sueño cumplido para un joven de apenas 20 años. Gracias a su destacado trabajo y constancia, se convirtió en un protagonista de esta marca de autos, pero nunca fue suficiente para él.

De hecho, un dato curioso es que lo que hizo que Pagani saliera de Lamborghini para crear su propia empresa, fue haberle propuesto a Ferruccio Lamborghini que diseñaran autos en fibra de carbono, pero este se negó, y años después, Pagani Composite Research se convirtió en proveedora de fibra de carbono para Lamborghini.

Pero ser pionero en la creación de fibra de carbono es solo una de las facetas de este argentino que diseña autos superdeportivos. Para él, diseñar cada auto es como diseñar una prenda solo para quien la va a usar. Por esa razón, cada año su producción no pasa de 30 o 40 autos, los cuales están fabricados todos por encargo de millonarios alrededor del mundo y que piden para este exclusivo gusto las especificaciones que deseen y Pagani las hace realidad.

Por eso, aunque tiene dos modelos de autos en el momento, el Zonda y el Huayra, la verdad es que cada uno de sus autos que ahora rueda por el mundo, es único.

Pero el camino para llegar a este punto en el que cada una de sus creaciones vale aproximadamente 2 millones de euros no fue fácil. En 1991, cuando salió de Lamborghini, se quedó en Italia y en un galpón inició su camino de independencia. Proponiendo alternativas para los materiales, como la fibra de carbono, y rayando los primeros diseños del auto que siempre deseó crear, en 1999 finalmente Pagani fue un nombre conocido para la industria automotriz y no decepcionó.

Por eso hoy este talentoso hombre argentino que diseña autos superdeportivos puede darse el lujo de rechazar encargos para conservar su producción en términos que podrían llamarse artesanales pues no son en masa y son personalizados. Pues para él, sus autos son como arte.