La crisis que ha comenzado como consecuencia del COVID-19 puede llegar a significar el final de los combustibles fósiles. Es cierto que este problema causará dificultades en distintos sectores laborales, pero también es cierto que será algo positivo para el medioambiente.

La pandemia que ha atacado al mundo entero ha disminuido el uso de combustibles y con este problema la consecuencia fue que se ha perdido y disminuido la capacidad de producción.

En este preciso momento, si llegara a aumentar la demanda de combustibles, no habría la suficiente cantidad para satisfacer las necesidades de los clientes. Esto demuestra que la industria petrolera de combustibles fósiles se ha dañado y de manera permanente.

Si bien es cierto que no es posible determinar cuándo volverá a requerirse la misma cantidad de combustibles  en el mercado que era necesaria antes de la pandemia, se estima que la venta de petróleo aumentará, pero se estima que no logrará alcanzar los niveles de ventas que se llegaban a alcanzar antes del mes de abril del año pasado. Esto se debe a que los viajes de ocio y muchos traslados sociales se han disminuido y hasta eliminado por completo. Muchas familias optaron por no vacacionar, otras tantas trabajan desde casa debido a que las compañías se ven obligadas a seguir trabajando y pagando sueldos y es por ese motivo que mejor trabajar desde casa. Y es muy importante mencionar que muchas compañías han descubierto una mayor productividad a consecuencia de tener sus empleados trabajando desde los hogares.

Dejando el tema de COVID de lado, y cómo este ha afectado al consumo de los combustibles, también es importante destacar que algunas ciudades se encuentran ya trabajando para desarrollar y ofrecer distintas opciones que podrán considerarse como alternativas al uso de combustibles fósiles.

No sólo se trabaja en el desarrollo de nuevos combustibles menos contaminantes, sino que, además, las ciudades, de a poco añaden carriles de bici senda. Esto si bien está relacionado con la posibilidad de disminuir la emisión de gases tóxicos producidos por la quema de combustibles fósiles, también promueven la vida saludable y la ejercitación.

Al mismo tiempo que se desarrollan estas alternativas saludables para los ciudadanos también se avanza de manera firme y pareja hacia el desarrollo de combustibles no fósiles alternativos y el desarrollo y uso de vehículos públicos y particulares eléctricos.

No es posible hablar de un tiempo estimado en el que se dejará de utilizar los combustibles fósiles o si incluso esto será posible de erradicar en algún momento de todo el mundo. Pero los proyectos están en marcha y se espera que con el tiempo se concientice a las poblaciones para lograr que opten por vehículos eléctricos que no generen emisiones o que alternativamente elijan trasladarse en transporte público o bicicletas.

Esta lucha contra los combustibles fósiles ha comenzado.

Si bien será un proceso que llevará tiempo y que irá avanzando con el correr de los años no se puede establecer una fecha exacta donde se hablará de los combustibles fósiles como obsoletos. Pero mientras tanto es importante que estemos abiertos a nuevas ideas para aceptar lo que vendrá en este tema.